Las horas previas al matrimonio, el novio experimenta una mezcla de emoción, nerviosismo y reflexión. Se toma un momento para compartir con algunos de sus mejores amigos y familiares antes de comenzar su rutina de preparación.
Las primeras horas están llenas de conversaciones animadas, risas y bromas. Estos momentos son valiosos, ya que pronto asumirá un nuevo rol en su vida. A medida que se acerca la ceremonia, el novio se viste con cuidado, revisando cada detalle de su atuendo. Cada pieza le recuerda que este día está lleno de significado, no solo por el compromiso que está a punto de asumir, sino también por el esfuerzo y la planificación que lo han llevado hasta aquí.
En su mente, las emociones fluctúan entre la alegría y la ansiedad. Piensa en su pareja y en lo que esta unión significa para ambos.
En los momentos finales antes de la boda, el novio disfruta de unos minutos a solas. Trata de calmar su mente, repasa los votos mentalmente, y una última mirada al espejo, acompañada de una sonrisa de satisfacción, refleja la serenidad que ha encontrado antes del gran momento.
Finalmente, cuando llega el momento de dirigirse a la ceremonia, siente una paz interior.
Comienza el camino hacia una de las decisiones más importantes de su vida, con el corazón lleno de expectativas y amor.